Muchos estudios han analizado el efecto del uso de la calefacción y la ventilación sobre la salud. Y todos han llegado a la misma conclusión: lo ideal es no abusar del sistema de climatización, que de día esté a un máximo de 21 º y que no supere nunca los 23º.
La mayoría de los sistemas de climatización por convección se basan en el movimiento de los flujos de aire. Con ello, se arrastra polvo y partículas en suspensión favoreciendo respiratorios pudiendo provocar gripes y resfriados.
Los de aparatos de radiación –suelo radiante, muro radiante, estufa de obra o de hierro fundido– no implican movimiento de aire y pueden ser más beneficios para las personas que suelen sufrir alergias.
Cuando la calefacción está muy alta o lleva muchas horas en marcha, el ambiente se reseca y las fosas nasales, que propicia el desarrollo de los microorganismos. Además, los cambios bruscos de temperatura y la sequedad en la garganta pueden debilitar las defensas. De hecho, este es uno de los principales motivos que provocan que los resfriados sean más comunes durante esta época.
Si estás en un lugar donde no se puede prescindir de la calefacción es recomendable usar humidificadores o, si no tienes, que pongas algún recipiente con agua.
La mala combustión de los materiales que se usan en las estufas de calor también puede causar dolor de cabeza. Es importante que revises todos los aparatos anualmente.
¿Sueles sentir los ojos resecos, fatigados o enrojecidos cuando estás en un lugar con la calefacción muy alta? Es una consecuencia habitual. Si no puedes evitar estar expuesto a este ambiente, puede ayudarte aplicar un poco de lágrima artificial en los ojos para hidratarlos.
Para dormir bien la temperatura debe estar entre 17 y 20° C, y la humedad debe ser del 50-70 %. Si el ambiente es muy seco cuesta respirar y eso impide que tu descanso sea reparador.
Existen aparatos que sirven para medir la temperatura y la humedad en una habitación. Son muy útiles para colocar en la, visualmente son como un reloj-despertador y saber, de ese modo, si debemos ajustar las condiciones climáticas.
Además de impedir que duermas bien (lo que ya de por sí provoca cansancio), el exceso de calor durante el día tiene un efecto similar al de algunos excitantes; primero estimulan la actividad para luego deprimirla. Por ejemplo, si conduces un auto, ya que si la temperatura muy alta está puede facilitar el quedarse dormido al volante.
HASTA TU ASPECTO FÍSICO SE RESIENTE
Los cambios de temperatura bruscos (al pasar de un sitio frío a un lugar excesivamente climatizado) y la sequedad ambiental aumentan los problemas cutáneos. Y es que la deshidratación cutánea hace que aparezcan más inflamaciones en la piel, dermatitis por sequedad… ¡y que las arrugas se marquen!
Apagar la climatización por la noche puede ayudarte a perder peso. Y es que cuando la temperatura del dormitorio es fresca (no hace falte pasar frío) la de tu cuerpo también baja, y eso obliga al organismo a activar la grasa subirla de nuevo a 36,5º C, con lo cual quemas calorías.
Ante cualquier duda de cómo regular la temperatura de tu hogar, haga frío o calor, recuerda consultar con un especialista para que te asesore.
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